LEYENDAS

 

  • Juan Machete

Considerada como una de las leyendas más conocidas del llano, cuenta la vida de un hombre que quería ser el más poderoso de la región; su nombre era Juan Francisco Ortiz, amo y señor de las tierras de La Macarena.
Este señor hizo un pacto con el diablo, en el cual le entregaba su mujer e hijos, a cambio de mucho dinero, ganado y tierras.
El diablo le dijo a Juan que agarrara un sapo y una gallina, a los cuales debería coserle los ojos y enterrarlos vivos un Viernes Santo, a las doce de noche, en un lugar apartado; luego debería invocarlo de alma y corazón. Juan cumplió con lo encomendado. Pasando varios días, el hombre se dio cuenta que los negocios prosperaban.
Una madrugada, se levantó temprano, y al ensillar su caballo, divisó un imponente toro negro, con los cuatro cascos y los dos cachos blancos. Pasó este hecho desapercibido y se fue a trabajar como de costumbre. En la tarde regresó de la faena y observó que el toro todavía se encontraba merodeando la casa. Pensó:”será de algún vecino”.
Al otro día lo despertó el alboroto causado por los animales; se imaginó que la causa podía ser el toro negro. Trató de sacarlo de su territorio, pero esto no fue posible porque ningún rejo aguantó. Cansado, y preocupado con el extraño incidente se acostó, pero a las doce de la noche fue despertado por un imponente bramido. Al llegar al potrero se dio cuenta que miles de reses pastaban de un lado a otro.
Su riqueza aumentó cada vez más. Dice la leyenda que durante muchos años fue el hombre más rico de la región. Hasta que un día misteriosamente empezó a desaparecer el ganado y a disminuir su fortuna hasta quedar en la miseria.
Se dice que Juan Machete, después de cumplir su pacto con el diablo, arrepentido enterró la plata que le quedaba y desapareció en las entrañas de la selva.
Cuenta la leyenda que en las tierras de las marraneras deambula un hombre vomitando fuego e impidiendo que se desentierre el dinero de Juan Machete.


  • Florentino y El Diablo


    No sin cierto orgullo, por encontrar en su genealogía social patrones del coplero Florentino, que son los propios del hombre de sabana. Cuenta la tradición popular en boca de los viejos llaneros, extendida a lo largo y acho de la planicie colombo venezolana, que Florentino era un hombre de los que no conocían el miedo y sentían gran placer al enfrentarse al peligro, fiel conocedor de los atajos y vericuetos del llano, inigualable en cada faena, buen jinete, domador y coleador de amplio llano, amigo de las parrandas. En una fiesta llanera, para repicar un zapateo, no era renco ni medroso y en el contrapunteo ni el mismo Satanás pudo comparársele.
    La leyenda de Florentino y el diablo es considerada como uno de los sublimes monumentos líricos del pueblo venezolano, con más de 35 versiones populares y otras muchas corregidas y ampliadas por el propio escritor durante más de 25 años, entre las que podemos citar las de 1940, 1950 y 1957. Interpretaciones populares que referencian el embrujo mágico por los versos octosílabos de Torrealba y que la convierten, sin lugar a dudas, en la composición poética más difundida, "popularizada" y enaltecida del folclor del inmenso llano colombo-venezolano.
    La leyenda de florentino y el diablo es un referente categórico del torrente mítico que riega el extenso escenario común de nuestros imaginarios, y es una muestra de que tenemos indelebles vínculos de hermandad en la cultura.

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